La Ciudad

Debido a una obra paralizada, padres decidieron arreglar una escuela

El último temporal empeoró la situación de la EST Nº1 Luis Piedra Buena, provocando que cerca de 800 alumnos tengan temor de asistir a clases.

Tras presentar más de doscientos reclamos y cansados de que sus hijos deban convivir con los riesgos de la débil estructura edilicia, padres, profesores y alumnos trabajan en conjunto para dar solución a un problema que data de años y se vio agravado tras el fuerte temporal que azotó a la ciudad a comienzos de septiembre.

Ubicada en la transitada esquina de 12 de Octubre y Acha, la Escuela Secundaria Técnica Nº1 Comandante Luis Piedra Buena se encuentra dictando sólo dos de los tres turnos que tiene normalmente para sus 950 alumnos. De todas maneras, se trabaja a todo hora. Tras el temporal, un grupo de entre seis y diez padres decidieron realizar, con apoyo de la dirección, ellos mismos los trabajos de construcción paralizados hace más de dos años.

Con el cese de los fuertes vientos de comienzo de septiembre, el Consejo Escolar, en concordancia con la decisión municipal, dio el visto bueno para que los alumnos regresen a las aulas. Sin embargo, el panorama de la EST Nº 1 llevó a que cientos de padres decidieran no enviar a sus hijos por el temor de que la deteriorada estructura de la bandeja pueda colapsar.

“Sólo estamos funcionando con séptimo año del 1º turno, que son cerca de 50 alumnos, y con los 80, 90 del bachillerato de adultos a la noche”, informó a LA CAPITAL José Luis López Merayo, director de la escuela.

Hace tres años y medio la EST Nº1 ingresó en una licitación con el objetivo de solucionar los problemas edilicios de un establecimiento de más de 50 años de antigüedad. Valuada en $650 mil pesos por entonces, fueron pocas las empresas y cooperativas que se presentaron. “El proceso de licitación fue muy complicado hasta que se presentó la Cooperativa Unión y Progreso y comenzaron con los trabajos”, recuerda Merayo.

De todas maneras, por problemas administrativos imposibles de sostener, los cooperativistas paralizaron la obra al año de iniciada, dejándole a la escuela las mismas fallas edilicias y el temor e incertidumbre de trabajar en ambiente inseguro.

Esta situación se vio fuertemente agravada tras el último temporal. “Entre otras cosas, se voló el techo sobre 1.500 metros cuadrados”, se lamentó el directivo.

Manos a la obra

Los transeúntes que ignoren la realidad de la escuela, pensarán que los dos hombres en arnés forman parte del personal designado para finalizar las obras, pero no. Son padres, que si bien se encuentran asegurados y capacitados para la tarea, tomaron el trabajo a raíz de la ausencia de acciones efectivas por parte del Estado y la preocupación por que sus hijos retomen las clases en un contexto seguro.

Los riesgos no sólo son internos, la mampostería exterior se encuentra muy deteriorada. “Estamos ubicados en una calle muy transitada. Por 12 de Octubre pasan 9 líneas de colectivo y andan camiones a alta velocidad, con los andamios y la bandeja imposibilitando el ingreso y la salida, los alumnos están prácticamente en la calle”, describe Merayo, al tiempo que asegura que el deseo de todos es acelerar los trabajos en la fachada externa, quitar la bandeja y que los chicos puedan volver a clases el lunes. “Estamos en periodo de inscripción, ¿quién va a inscribirse cuando estamos en esta circunstancia?”, pregunta.

Se utiliza un fondo de $80 mil pesos aportado por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica con el que los profesores compraron algunos de los elementos de construcción necesarios para comenzar los trabajos y contrataron a un techista que se encargó de reparar el techo por 25 mil pesos. Así y todo, padres y profesores debieron poner dinero de su bolsillo para avanzar con los trabajos.

Reclamos

“Realizamos más de doscientos reclamos en todos los niveles, y no logramos que nos den una solución”, indicó Merayo, al tiempo que recordó que hace dos años también los alumnos realizaron una toma del colegio.

“La administración de todo lo que sea control y fondos lo hace infraestructura del Consejo Escolar, y en las reuniones que hemos mantenido con ellos nos han dicho que tienen un fondo de 45 mil pesos para arreglar 27 escuelas”, explicó.

Respecto al panorama de la educación actual, Merayo, quien tiene más de 50 años de trayectoria en el área, opinó que “vamos para atrás”. “Hay una falla estructural. la Argentina se merece hacer una revisión y un cambio grande”, concluyó.

Te puede interesar

Cargando...
Cargando...
Cargando...